MOSTRO TEMPLE Y CONTROL

Por: Patricia Vargas - EL NUEVO DIA

México - Rachel Smith jamás olvidará la noche del lunes, fue tan negra como el vestido del modista Carlos Alberto que llevaba puesto. Y es que su estrepitosa caída en plena transmisión del certamen de Miss Universo, ante millones de televidentes, fue la antesala del segundo abucheo que recibió en la competencia (el primero fue durante el desfile de trajes típicos).

Pero nada de eso le quitó la sonrisa, aunque más tarde confesó a El Nuevo Día que al levantarse del suelo no paraba de temblar, aunque logró dominar la situación y proyectarse tranquila.

“Eso le puede pasar a cualquiera, pero en ese momento era yo. Creo que fue la adrenalina lo que hizo que me levantara tan rápido del suelo. No sé, por mi mente no pasó otra cosa que seguir adelante... esa energía fue la que me dio el impulso para terminar el trabajo para el cual estaba allí”, dijo la estadounidense.

Sobre los abucheos, Smith señaló que nunca los tomó como algo personal, sino algo vinculado al país que representa, y que de alguna forma comprende que los mexicanos hayan reaccionado así luego de que Miss México, Rosa María Ojeda, quedara fuera.

“Son muchos los sentimientos encontrados de ese país hacia el mío”, reconoció.

El momento al que se refiere Smith fue cuando el público en sala se dividió: los mexicanos la abucheaban, mientras que gente de otros países se puso de pie para aplaudirle. Sobresalió entonces su temple al decir “gracias México”, demostrando gran educación y control de la situación.

Fue eso, a juicio de Magali Febles, directora de las franquicias de Miss Puerto Rico Universe y Miss República Dominicana, lo que la ayudó a llegar a la final, “porque el jurado (en su mayoría norteamericanos) se identificó con Rachel y la situación tan embarazosa que estaba pasando. Esos abucheos estuvieron muy feos de parte del público mexicano”, sostuvo.

Tras cenar con sus padres y novio, Smith regresó al hotel, donde grupos de familiares, otras concursantes y “missiólogos” la aplaudieron y felicitaron por su entereza.

A preguntas de este diario, los padres de la reina dijeron sentirse más orgullosos que nunca de ella.