Por: Aixa Sepúlveda Morales - PRIMERA HORA
Ciudad de México - La caída de Rachel Smith en el evento de belleza Miss Universe 2007 ha tenido inimaginables interpretaciones. En un país como México, herido de gravedad ante las fuertes políticas establecidas por el Gobierno estadounidense en contra de los inmigrantes, no se ha podido disfrutar más el reventón de la simpática reina, que pareció haber tenido dos competencias: contra las candidatas y contra los constantes abucheos.
Los primeros gritos en su contra se dieron durante la competencia de trajes típicos hace poco más de una semana. Pero la reina restó importancia a tal acción, por entender que los mexicanos lo hacían como repudio a la política de su país y no a ella como candidata.
“Ya fuera por política o porque tuviera que ver con alguna competición deportiva, lo entiendo. Es triste que sucediera, pero creo que lo supe llevar bien… Lo mejor que pude hacer es comportarme como una dama, mostrar mi orgullo y mi feminidad, y representar a mi país al máximo de mi capacidad… no estoy aquí para ser la próxima secretaria de Estado de mi país”, dijo a la prensa local en aquel momento, más aseguró tener una opinión favorable de los mexicanos que ha conocido en Estados Unidos.
En la noche del miércoles, en plena evaluación del traje de gala, la delegada estadounidense vestida con una creación del boricua Carlos Alberto, cayó sentada antes de caminar por la pasarela.
La caída pareció ser a causa de un resbalón provocado por un piso exageradamente pulido, pues se tenía la intención de enfocar con las cámaras el reflejo en el suelo de cada una de las candidatas.
Rachel Smith, sin embargo, logró reponerse y continuó caminando ofreciendo la mejor sonrisa que podía dar, después del embarazoso suceso.
Los mexicanos aumentaron su furia al ver que después de la caída, la estadounidense logró un pase a la ronda final y no así la representante azteca. Los abucheos comenzaron nuevamente. En una pausa comercial, los animadores, Vanessa Minnillo y Mario López llamaron la atención del público. Al momento de la pregunta final, entonces el público optó por sustituir los abucheos por “¡México, México!”
Entre las interpretaciones más interesantes que surgieron a raíz de esta caída, se encontraba que simbolizaba la pronta caída del poderío estadounidense. Otros lo tomaron como un ejemplo de fortaleza y gallardía.
Así ocurrió en 1999, cuando la filipina Miriam Quiambao cayó al suelo en la competencia preliminar, y aun así, logró convertirse en primera finalista.
“Cuando me caí, pensé que tenía que pararme y seguir caminando por todas esas mujeres que han caído dentro o fuera de un escenario. Es un ejemplo de quién soy, mostré mi coraje y fortaleza y espero ser un buen ejemplo para el resto de las mujeres en el mundo”, expresó en la noche final.
Magali Febles, tenedora de la franquicia nacional, comentó que Rachel Smith tenía que entrar en el cuadro final por la fortaleza que tuvo al culminar su pasarela.
“Precisamente, lo que la hizo colarse (en las finalistas) fue la caída que se dio. Esta muchacha se ha ganado mis respetos y mi admiración porque no es fácil estar en un escenario tan grande, bajo una presión de abucheo constante… creo que esa caída la hizo crecer… pienso que fue una injusticia de parte del pueblo mexicano comportarse como se comportó con ella, que no tiene la culpa de nada”, dijo, en referencia a la política estadounidense.
Rachel Smith logró convertirse en cuarta finalista y el triunfo recayó en la japonesa Riyo Mori, coronada por Zuleyka Rivera.
La puertorriqueña lució tan seria que provocó comentarios que apuntaban al hastío y la desesperación por salir de su término.
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